En Lateral Thinking sabemos que la danza está evolucionando. Por ello, transformamos Play Barcelona en una gran pista de baile para celebrar un evento único donde el baile se fusionase con la creatividad y la innovación. El evento duró 4 días y recibió a más de 1553 miembros, convirtiéndose en un paraíso para los amantes de la danza.
En el evento, los participantes tuvieron la oportunidad de sumergirse en clases de danza impartidas por destacados bailarines profesionales. Pero eso no fue todo, porque los asistentes también tuvieron la ocasión de conocer de cerca a estos talentosos bailarines en unos emocionantes Meet & Greet. El evento culminó en una explosión de talento y energía en unas épicas batallas de danza, donde los asistentes se enfrentaron con movimientos y estilos únicos dejando al público asombrado y lleno de emoción.
Para sacar el máximo provecho al espacio, las áreas de Play Barcelona fueron especialmente modificadas. La zona multideporte se convirtió en un espacio chill out donde los bailarines pudieron descansar y recargar energías después de una intensa sesión de baile. También, se instalaron vestuarios y taquillas para que los asistentes pudieran disfrutar con total tranquilidad sin preocuparse por sus pertinencias. Asimismo, el parking fue transformado en una gran zona de Food & Beverage donde se pudieron encontrar food trucks con opciones para satisfacer todos los gustos.
Por otro lado, la zona de skate se modificó para convertirse en un estudio de diseño donde se pudo disfrutar de actividades de forma continua. En Design Studio, los miembros pudieron desde customizar sus uñas hasta sus prendas de ropa de la mano de grandes estilistas. Además, se construyó una plataforma de baile hecha de cristal llamada Photo Studio que permitió capturar los movimientos de los bailarines a través de dos cámaras diferentes. Una vez los asistentes subían a la plataforma, recibían instrucciones a través de una pantalla y se les realizaba una fotografía desde ambas cámaras para obtener dos perspectivas distintas. Automáticamente después, se iniciaba la grabación de un video de 30 segundos donde los bailarines pudieran darlo todo en la pista. La toma se podía repetir las veces necesarias hasta que los bailarines estuviesen satisfechos con ella. Una vez hecha la grabación final, se ofrecía la opción descargarla a partir de un código QR.
Dance Camp fue mucho más que un simple evento, fue una experiencia inigualable que celebró la danza en todas sus formas. Representó la unión de la danza con el arte, la enseñanza y el compañerismo y fue un recordatorio de que el arte del baile es una poderosa forma de expresión que trasciende fronteras y une a las personas.